154
Respira. Desde dentro hacia fuera. Así es la creación. Siempre ha sido así. Como ondas expande la consciencia su vibración y se manifiesta todo lo que antes estaba en un estado de gestación, desde un punto de pensamiento en la mente de Dios.
Recuerda lo que está en ti. No permitas crear densidad. Mantén el enfoque en la belleza, en la música, en la dicha manifestada en lo sutil y en la materia No es tiempo de castigarse, no es tiempo de volver atrás o de retener desde la mente. Notas el cambio entre la densidad más abrumadora y la ligereza del vuelo de un pájaro con tan solo un segundo entre uno y otro. El juego de la dualidad no es más que esto.
¿Y tú crees que no puedes elegir? ¿Por qué te quieres engañar, si ya lo has vivido y has experimentado la creación, el poder de la palabra y el pensamiento manifestados? Si puedes crear uno, puedes crear la otro.
¿Cuál eliges verdaderamente? ¿Quién te impide volar con tus alas de amor y crear, inspirar y amar desde ese lugar de luminosidad dichosa que está al margen del sufrimiento de la ignorancia mental humana? Así es como fluyen las cosas, simplemente deja de agarrarte y de identificarte.
La creación es un juego divino. ¿Quieres jugar o quieres sufrir? ¿Te lo niegas o te lo permites?
Pon en práctica lo que Dios da para vivir su juego desde el amor y con la auténtica consciencia que pertenece al alma encarnada. Una y otra vez, recuérdatelo como un mantra para dar los pasos en la materia, por denso que parezca sal de ahí. Que tu mantra sea el de la creadora transformadora de los eventos.
¡ELIJO!
Elijo estar con Dios porque Dios es Amor y se manifiesta en fluidez, dicha, alegría, belleza, música, amor, juego, diversión, ojos brillantes y risas.
¡Y ahora a practicar jugando!
articulo anterior