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Recupera tu poder. Cuando no entiendas nada, recuerda que todo es pasajero. Cuando emociones densas te abrumen, recuerda que tú no eres eso.
El conocimiento no tiene poder si no se aplica en la vida. Mil libros puedes leer, de nada sirven si no compruebas su utilidad en tu realidad humana.
Cuando opiniones, críticas y juicios te oprimen, recuerda tomarlo como invitación a respirar, a ir adentro y encontrar tu propia verdad. Cuando la densidad te presiona, recuerda que siempre hay una manera mucho más elevada de ver y percibir las cosas.
Tres personas te dan tres respuestas diferentes. Otra invitación a buscar la respuesta en la persona que hace la pregunta: tú. Pregunta, siente, experimenta, comprueba la respuesta de la sabiduría interna.
Estás invitado a tomar las riendas y desarrollar la maestría interna. En momentos de confusión, no te dejes presionar. Tú mismo, tú misma tienes la respuesta. Nadie es más que tú para saber lo que es bueno para ti.
En la incertidumbre, sé amable contigo. En momentos de confusión, sé amable contigo. Cuando crees que has cometido un error, sé amable contigo. Amable y paciente. Cuando algo no te sale, sé amable contigo. Tienes derecho a probarlo de nuevo. Sé amable contigo.
Experimenta y comprueba lo que es verdadero para ti, lo que te hace feliz, lo que te eleva. No estás aquí para agradar a todos. No estás aquí para salvar a nadie.
Tienes derecho a equivocarte, tienes derecho a caer y levantarte. Sin culparte. Recupera tu poder.
Elévate.
Cuídate.
Cuida de ti si quieres cuidar a los demás. Solo tú tienes el poder sobre tu mente, sobre tus pensamientos y acciones. Cuando el afuera aprieta, la respuesta está dentro. La respuesta que te conecta con algo más grande, más elevado, la que te da una sensación de libertad y expansión.
Así encuentras tus pasos de acción coherente en la materia, en equilibrio y balance. Desde el poder interno. En tu lugar. En ti.
(De Madre Maria para tí.)
Aquí dejamos una música relax para que disfrutes de tu lectura escuchando…
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