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El siguiente mensaje me llegó en agosto del 2022, en medio de la naturaleza.
En su momento canalizaba como práctica, para mi misma, y compartía solo en momentos puntuales con las personas más cercanas que resuenan con estos temas.
Al finalizar el escrito, vino muy claro:
¡COMPARTE! Es para TODOS.
Lo compartí, aún algo tímida, con todas las personas que confiaba que tendrían la sensibilidad para recibirlo.
Estos días lo recordé y tomo la oportunidad de compartirlo con más almas.
Parece un mensaje de un mundo utópico, sobre todo mirando como está el mundo «real» en estos momentos, pero de alguna manera siento que existe, que ya lo he conocido, ya he estado allí.
¿Y por qué no co-crearlo entre todos, entre los que sentimos lo mismo?
¿Ves la luz? La ves diferente, percibes algunos colores que no son como los que conocías hasta ahora.
Es cierto. No te has confundido.
Sentir.
Son los colores del amor que se pueden sentir.
Los ves con una mirada que trasciende lo que ve el ojo humano, y es que existen otros colores en otros planos que vais a empezar a ver, a percibir y sentir, que son totalmente reales y que os ayudan a expandir vuestra consciencia y visión global, los que os indican el camino hacia el Nuevo Mundo, el que entra en el corazón como gotas cálidas de una lluvia de verano.
Sí, son como caricias que se cuelan en vuestro interior y ahí riegan vuestras semillas dormidas y esas se abren. Se abren y entonces emergen con una luz que estaba escondida, pero ha llegado el momento de abrirlos.
Como luciérnagas en un vasto campo se abren y empiezan a brillar, doradas y cálidas.
Son vuestras almas que se abren a nuevos movimientos que se liberan, a volar y a comenzar a crear nuevas conexiones desde ese amor que está en todo y todos y es hora.
Bailan y crean nuevos vínculos como si se tratara de conexiones neuronales, reconectando las células del cerebro, creando la existencia de un modo nuevo y tan antiguo que es la única verdad que se manifiesta en el trasfondo de la existencia del Todo.
Somos como células creando estos lazos verdaderos amorosos, ya nada nos puede obstaculizar nunca jamás en el juego divino de lo que ES y SERÁ siempre de aquí en adelante en la manifestación dichosa de Dios.
Gracias Gracias Gracias.
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Lina Weltschewa
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