Me inicié en Reiki en el año 2012, fue un camino sin prisa, pero sin pausa, fue un subir de peldaño en peldaño según integrada la energía del nivel que había estudiado, pues cada nivel conlleva un salto energético, vibracional y en consecuencia evolutivo. Y llegué a la maestría en 2016, que más que para iniciar a los demás, la intención del momento era el cerrar el círculo de formaciones/iniciaciones en Reiki, de los niveles 1-2-3 y la maestría.
La sorpresa fue cuando hubo quienes me pidieron iniciaciones y descubrí una parcela que me generaba bienestar, sentía contribuía a algo más grande que tumbar en la camilla a alguien para hacerle una sesión y acompañarle para con su bienestar holístico, sentía que era esta contribución a un cambio de conciencia del ser humano.
Reiki para mí ha sido un gran descubrimiento, va mucho más allá de una terapia energética a nivel holístico con imposición de manos, etc. Con cada nivel he visto cambios, con cada auto sanación he notado cosas muy profundas, no solo la paz y la relajación profunda que conlleva una sesión.
El Dr. Mikao Usui, su fundador, lo definió como un SISTEMA de ARMONIZACIÓN NATURAL, considerado como MEDICINA COMPLEMENTARIA y ALTERNATIVA que utiliza la “Energía Vital Universal” canalizada a través de la imposición de manos para promover la AUTOREGULACIÓN del ORGANISMO en el tratamiento de enfermedades y desequilibrios físicos, mentales y emocionales. Reiki es la HERENCIA ESPIRITUAL de toda la HUMANIDAD.
Y su alumno más famoso, el Dr. Hayashi lo definía así: “Viene desde el espacio, desde el Universo. Su fuerza es tan grande que no podemos medirlo, es tan profundo que no podemos sondearlo; por eso, en japonés, lo llamamos Reiki. Sus principios son los mismos que lo de la radio, esta energía atraviesa el espacio sin alambres, y sabemos que esta gran fuerza puede ser contactada. Una vez realizado el contacto, el flujo energético es automático. Es energía universal ilimitada. Cuando está abierto el interruptor el poder es infinito. Cuando deseas pararlo es muy sencillo, solo tienes que retirar tus manos”.
Y una frase que a mí me resuena mucho y explica lo que siento con esta energía, de Haripriya Suraj, Maestra de Reiki, Sanadora Angélica y Maestra Espiritual de nacionalidad India es “El Reiki es ese sol que ayuda suavemente a abrir los pétalos del chakra del corazón”.
Desde mi experiencia y como yo he sentido esta energía en cada plano de mi ser, pues trabaja a nivel holístico, a todos los niveles del ser humano (físico, mental, emocional y espiritual) os digo que:
- A nivel físico, el cuerpo está en modo óptimo por reforzar el sistema inmunológico, y cuando no, con reiki se repara.
- A nivel mental y emocional, calma el run-run de mi cabeza pensante en una sociedad que no me permite estar en modo reposo, también me permite tomar distancia del bucle emocional en el que a veces estoy, primero para tomar aire y distancia, y luego para resolver sin la carga emocional que enturbia la claridad y serenidad necesarias para gestionar o incluso soltar situaciones, en fin, limpia y enfoca mis emociones evitando que sean desgastantes ofreciéndome una mejor perspectiva.
- A nivel espiritual, qué deciros, esta hermosa la conexión con mi divinidad, pues si, somos seres espirituales que aquí encarnamos en un cuerpo para aprender, y lo que esta tarea conlleva; es sentir la expansión que se produce desde el pecho, desde el chacra corazón, de amor incondicional, y ver que todo es más grande y que todo tiene un para qué, que desde la conexión se puede todo, es tomar consciencia de que el aire que respiras es vida, es en definitiva posicionarte en tu vida desde la responsabilidad y acción coherente acorde a quién eres, una preciosa herramienta de crecimiento espiritual.
Desde las experiencias de a quienes he tratado con Reiki, os digo que he tenido pacientes con dolor y molestias en su cuerpo físico, puntual o crónico; otros han venido por estar en estrés y ansiedad con trastornos del sueño; quienes por estar en un proceso de cáncer y los tratamientos que lo acompañan tanto para ayudar al cuerpo a soportar la dureza de estos tratamientos, como para trabajar las emociones y la espiritualidad con el fin de entregarse y prepararse para llevar lo mejor posible el proceso y el desenlace sea el que sea; y quienes sin saber muy bien porque, sentían estar en la búsqueda de algo más.
Recibir una sesión de Reiki es tan sencillo como tumbarse en la camilla, sin expectativas y sin resistencias. No importa tu fe, religión y/o creencias, tampoco tu edad biológica, ni nada de nada; Reiki simplemente requiere que te entregues a la herramienta.
Y cuando te entregas a ella, puedes quedarte en alguien que lo recibe, quizás primero como terapia de shock por algo puntual y evidente a trabajar, y luego, y más importante, como ITV de tu cuerpo mente y espíritu. O bien, querer ir más allá porque se te despiertan cosas, y querer iniciarte en la herramienta, primeramente, para poder darte a ti mismo Reiki, el auto tratamiento, y también a los demás. Y si incluso llegas hasta el final y realizas la Maestría, incluso a iniciar a otros.
Qué más puedo decirte de esta terapia, no te voy a escribir lo que es Reiki y sus beneficios y demás, esta información está disponible haciendo una simple búsqueda en Google. Mi testimonio tanto como ser humano Reikista, como Maestro en Reiki sistema Usui tibetano, muestra realmente muestra lo que esta herramienta es, una terapia más que simple pero que trabaja a lo grande.
¡¡Anímate, pon Reiki en tu vida!!
SARA MORILLAS
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