La ciclicidad arquetípica femenina, somos mujeres, somos cíclicas, como la Luna, el Sol, como la Madre Tierra, como la vida misma. Las mujeres estamos unidas al Universo, a sus cambios, ciclos, ritmos y durante muchas generaciones han sido la conexión con el Cosmos y con la Madre Tierra.
Ciclo menstrual nos devuelve el poder de conexión
Nuestro ciclo menstrual nos devuelve el poder de conexión con nuestra parte más íntima,
nuestra divinidad femenina en la cual integraremos también nuestra divinidad masculina,
la una necesita de la otra para aportarnos en cada momento la energía que necesitamos transitar.
Llevamos muchos años desconectadas de nosotras mismas, no sólo las mujeres,
sino la sociedad en general debido al acelerado ritmo de vida que llevamos. Nos escuchamos poco y nos separamos de nuestra esencia más pura,
la conexión con nuestra alma.
Pero como estoy escribiendo sobre nuestra ciclicidad arquetípica femenina seguiré con nosotras. Cuando somos niñas nuestras energías son lineales y están fluyendo constantemente para seguir su proceso de crecimiento físico, mental, emocional y espiritual, para convertirnos en mujeres.
Al entrar en la fase de la preadolescencia y con la llegada de la menarquía (la primera menstruación) las energías se transforman, pasan de ser como líneas a ser cíclicas y en este momento le damos la bienvenida a nuestra ciclicidad.
Seguiremos un ritmo que se irá repitiendo un mes tras otro, experimentando
las diferentes energías que nos transitarán durante cada período del ciclo. Sangrando una vez al mes hasta que dejemos de hacerlo con la entrada a la menopausia. Este es el proceso natural,
pero también podemos dejar de sangrar por muchos motivos relacionados con situaciones, desequilibrios, enfermedades, tratamientos…
Ciclicidad arquetípica femenina: Como mujeres sabemos que es el ciclo menstrual
¿pero realmente lo sabemos desde una mirada consciente? ¿sabemos en qué parte del ciclo nos encontramos?
En el momento del sangrado presente en que parte del ciclo nos encontramos, si tenemos el famoso sdme. premenstrual (hinchazón abdominal, dolor en la zona pélvica, en las mamas, dolor lumbar, cambios de humor…).
Sabemos cuando estamos ovulando también tenemos cambios, hay aumento del flujo vaginal o cambia la textura, el olor, el color, dolor lumbar, dolor en la zona ovárica…
pero hay mujeres que no tienen estos síntomas y no saben cuándo ovulan.
Tanto en la medicina china como en la convencional, la menstruación no ha de ser dolorosa, ha de ser regular (cada 28 días aproximadamente, el mismo tiempo que tarda la Luna a dar la vuelta a la Tierra),
la sangre a de ser más o menos limpia, sin coágulos…, si pasa lo contrario es que el Qi (energía) no fluye, hay bloqueos y afecta también a la Xue (sangre).
En medicina china se dice, “la mujer occidental y ahora también muchas orientales tienen la cabeza caliente y el útero frío” eso significa que la energía va a contracorriente,
tenemos demasiado estrés mental y el caldero uterino se queda sin energía, las emociones se bloquean y aparecen los desequilibrios.
Claro que debemos tener presente que las hormonas juegan un papel muy importante en todos los procesos fisiológicos.
Ciclicidad arquetípica femenina¿Cómo lo podemos descubrir? Conociendo los cuatro arquetipos del ciclo femenino.
Ciclicidad arquetípica femenina: ¿Qué es un Arquetipo?
La palabra arquetipo (del griego arjé “fuente” i tipus “modelo”)
hace referencia a la representación de una figura o patrón, del cual se derivan otras manifestaciones que reflejan la energía y las características del modelo original.
Carl Gustav Jung (1875-1961) psiquiatra y psicólogo suizo,
fundador de la Escuela Analítica, decía que los arquetipos formaban
parte del inconsciente colectivo y simbolizan motivos o energías universales, como el amor, la maternidad, la sabiduría, etc.
A lo largo de los siglos, estas energías han estado recreadas en las diosas y
los dioses de diferentes mitologías, religiones, cuentos y fábulas populares… que forman parte de la historia de la humanidad.
Muchas culturas utilizaban la narración de cuentos y fábulas para enseñar y guiar a las civilizaciones.
El narrador era muy respetado y hacía con los oyentes utilizaran su intuición sobre sus verdades
más profundas para identificarse con los ritmos y energías del universo. Utilizaban imágenes y símbolos para que los oyentes las retuvieran en su subconsciente para posteriormente integrarlas en sus vidas cotidianas.
En general recurrían a un arquetipo o personaje representativo, una imagen universal que refleja ciertas verdades entre las cuales respondemos a nivel interno.
En las sociedades primitivas el arquetipo era un instrumento de aprendizaje,
pues a través de la identificación con esa imagen el oyente experimentaba una comprensión interna, consciente o inconsciente,
a través de la cual podía despertar y expresar las energías arquetípicas.
Ciclicidad arquetípica femenina: La fuerza femenina universal
Uno de los más frecuentes en muchas culturas era el de la fuerza femenina universal, “la Gran Diosa”, representada por tres figuras de mujeres o diosas que representaban el ciclo vital femenino: la Doncella, la Madre y la Bruja.
- La Doncella relacionada con la luna en cuarto creciente y con la fase preovulatoria del ciclo menstrual.
- La Madre con la luna llena y la fase ovulatoria del ciclo.
- La Bruja con el cuarto menguante de la luna y con el sangrado.
Pero teniendo en cuenta que desde la antigüedad, en la mitología y en los cuentos populares el ciclo menstrual
estaba representado por arquetipos del divino femenino y relacionado también con el ciclo lunar,
faltaba un arquetipo que apareció más tarde, el de la Anciana o Mujer Sabia relacionada con la luna nueva.
Ciclo menstrual representado
Quedando el ciclo menstrual representado en cuatro arquetipos en sus distintas fases relacionándose a su vez con el ciclo lunar:
- La Doncella, relacionada con la luna creciente y la fase de la pre-ovulación.
- La Madre, relacionada con la luna llena y la fase de la ovulación.
- La Chamana o Hechicera, relacionada con la luna menguante y la fase del pre-sangrando.
- La Anciana o Mujer Sabia, relacionada con la luna nueva y la fase del sangrado.
Actualmente, los arquetipos femeninos que están activos en una mujer son super importantes para llevar a termino su proceso de sanación interna,
un camino de crecimiento que dura toda la vida, para reunir con su esencia, con la identidad de su alma.
Hemos de volver a sentir el respeto que sentían nuestras ancestras con las ciclicidades del Universo y con ellas mismas.
Ellas e movían y danzaban con los ritmos que marcaba la Luna, con su ciclo lunar,
el Sol con sus movimientos, la madre tierra , la vida con sus etapas,
conocían la fuerza de los elementos y sabían que todo en la naturaleza estaba en pura conexión .
Todo era y es movimiento y cambio constante.
Remei Sendrós – Acupuntora Ciclo menstrual