¿Te has sentido alguna vez perdido o como si faltara algo en tu vida? Si es así, es probable que estés en el camino de la evolución espiritual. La evolución espiritual es un proceso de crecimiento y desarrollo como ser espiritual. Es un viaje para descubrir nuestra verdadera naturaleza y expandir nuestra conciencia.
Cuando evolucionamos espiritualmente, conectamos más profundamente no sólo con nuestro verdadero yo, sino también con la fuente divina de todo lo que existe. La meditación es una gran ayuda para que nuestro espíritu conecte con una realidad y un futuro basados en lo espiritual.
Nuestra evolución espiritual puede considerarse como los cambios que experimentamos en nuestra vida interior a medida que progresamos en conocimientos y experiencias. Aunque este crecimiento se produce durante nuestros años de infancia, adolescencia y edad adulta, es posible que nos relacionemos con nosotros mismos y con nuestro entorno basándonos en lo que nos han enseñado desde que nacemos.
Uno de los aspectos más importantes de la evolución espiritual es la necesidad de disciplina espiritual. Aunque el humor, la risa y las situaciones desenfadadas pueden servirnos para liberarnos del estrés y relajarnos, seguimos necesitando dedicarnos a la práctica de disciplinas espirituales.
Éstas pueden implicar una práctica regular de meditación, un retiro rutinario de fin de semana u otras actividades que nos ayuden a mantenernos en contacto con nuestro verdadero yo. El objetivo de la disciplina espiritual es acercarnos a la comprensión y a la experiencia de nuestra fuente divina, y lograr una mayor realización de nuestro verdadero propósito.
La evolución espiritual implica cinco etapas, cada una de las cuales conduce a la siguiente. En la primera etapa, llamada de Experimentación, nos centramos en la ignorancia o falta de conocimiento o información sobre la verdadera naturaleza de la realidad.
En esta etapa, utilizamos nuestras experiencias vitales y nuestros conocimientos para evaluar y juzgar el mundo en que vivimos. Tendemos a pensar desde un punto de vista principalmente físico y actuamos más en función de lo que es inmediatamente aparente y tangible.
En la segunda etapa, la etapa de la Comprensión, nos volvemos más conscientes del aspecto espiritual de la vida, el que traspasa los límites materiales y físicos. En esta etapa, seguimos evaluando la vida, pero lo hacemos con una mayor conciencia de las fuerzas espirituales que nos rodean.
A continuación viene la etapa llamada Despertar, en la que nos volvemos más abiertos, lo que nos permite ver el mundo no sólo a través de los ojos físicos, sino también a través de nuestra visión espiritual.
En la cuarta etapa, Rendición, nuestra vida interior ha cambiado y empezamos a aceptar y alinear nuestras acciones con nuestra verdad espiritual.
La quinta etapa es la etapa de la Iluminación, que hace hincapié en la estabilidad emocional y la paz interior. En esta etapa, la conexión entre nosotros y nuestra fuente divina es más fuerte, y empezamos a ver el mundo de forma diferente y con apertura y amor.
Se necesita dedicación, compromiso y trabajo duro para progresar a través de estas etapas. Meditar con regularidad, participar en disciplinas espirituales y alinear nuestras acciones con nuestra verdad espiritual deben formar parte de nuestra vida cotidiana si queremos experimentar realmente la evolución espiritual.
Al final de nuestro viaje, encontramos el verdadero sentido de la vida y alcanzamos el estado espiritual en el que vivimos con alegría, comprensión y paz interior. Por fin podemos experimentar la «dulce fragancia del SER» y encontrar la verdadera felicidad en la vida.
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